viernes, 18 de noviembre de 2016

Como funcionan los mercados

 Mucha gente inexperta en los mercados bursátiles tiende a pensar que estos se mueven en corrientes alcistas y bajistas. Que se gana dinero cuando consigues subirte a una tendencia alcista y que lo pierdes en las tendencias bajistas. Nada más lejos de la realidad. Los mercados y los valores como unidades formadoras de los primeros, son sistemas de búsqueda de equilibrio. Tienden hacia el equilibrio aunque rara vez lo consiguen.

  El que no consigan alcanzar un equilibrio no quiere decir que siempre estén igual de desequilibrados. En ocasiones se mueven muy cerca de un punto que parece ser un equilibrio. Y aunque no es un punto exacto, si que se puede decir que un valor, o un mercado está en una zona de equilibrio. Estas zonas de equilibrio son los mercados laterales y desde mi punto de vista son los grandes enemigos de los analistas técnicos.

  Un ejemplo claro de este planteamiento es el par Eur/USD. Este par calló desde la zona de máximos hasta su zona actual en un movimiento sin descanso. Este tipo de movimiento nos viene a decir que el desequilibrio que había entre oferta y demanda fue brutal y que tardó bastante tiempo y precio en volver a equilibrarse. Y vaya por donde, en la zona actual se vino a equilibrar en un rango relativamente estrecho, donde podemos decir a día de hoy sin animo de equivocarnos que se encuentra el rango actual del equilibrio.

 Este rango actual no será eterno. Las percepciones de los agentes económicos cambiarán con el tiempo. De hecho, creo que el propio lateral cambia las percepciones de los agentes, sin necesidad de que se den noticias macro económicas o políticas. Pero es que además estas noticias se dan y suelen reforzar estos cambios de mentalidad. Una vez que el el cambio llega a un punto crítico una nueva tendencia se genera hasta que se encuentra una nueva zona de equilibrio.

  Por otro lado, los movimientos tanto tendenciales como laterales rara vez son puros. Los tendenciales suelen tener en muchos casos mucha volatilidad. La tendencia general es clara en una dirección, pero los rallies en contra de la dirección general son fuertes y profundos. El oro hasta diciembre de año pasado es un claro ejemplo de este hecho. Y en otros caso tenemos laterales que van derivando poco a poco en una dirección. Hacen nuevos máximos relativos para acto seguido volver a caer dentro del antiguo lateral y volviendo a la base o a alguna base modificada.

  Como se puede observar, los mercados son cualquier cosa menos constantes. Entre las herramientas que tenemos para intentar discernir la estructura del próximo movimiento hay indecibles. Pero desde mi humilde opinión, rara vez encontraremos alguna que nos pueda ayudar a navegar por este constante cambio entre lateraliad y tendencia. Nos podrá servir en un determinado momento de manera muy útil, solo para el próximo provocarnos unas enormes pérdidas.

  Una de las herramientas más versátiles, por ejemplo, en el análisis técnico son las medias móviles. Son ideales para no anticiparse demasiado a la consecución de una tendencia (y así evitar perdidas inesperadas) y a la vez nos permiten recorrer con suavidad y comodidad los movimientos tendenciales (ya sean al alza o a la baja). Sin embargo, esta simplicidad y delicadeza se pierde totalmente cuando el movimiento es lateral. Las médias móviles pierden todo su glamour y empiezan inexorablemente a dar señales en los peores momentos posibles pudiendo destrozar todas las ganancias de la tendencia previa.

  Y es que la estructura de un mercado en tendencia es completamente distinta a la estructura de un mercado lateral. Ese debería ser nuestro punto de partida a la hora de intentar diseñar un sistema de inversión/especulación en bolsa. Y deberíamos intentar que dicho sistema sea capaz de adaptarse lo mejor posible a las distintas idiosincrasias de cada momento de mercado. Algo harto difícil. Como digo, quizá debamos conformarnos con ser capaces de asimilar la idea de que en realidad no vemos un solo mercado. Sino un conjunto de circunstancias cambiantes. Un saludo

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