viernes, 1 de abril de 2022

Qué es el Quantitative Easing y por qué puede no ser inflacionario

 Antes de nada hacer un par de correcciones a mi anterior post. Me dejé por comentar un par de cositas, que acaban de dar forma y hacer más entendible cómo funciona el sistema.

  El anterior post cometí un pequeño error y fue el no explicar cómo se estructura y funciona el sistema financiero. Los detalles exactos de cada uno son un pelín distintos, pero en el fondo todos funcionan igual. 

  El sistema financiero actual es fundamentalmente el resultado de la evolución durante siglos. Quizá el último paso, la creación de los bancos centrales, fue el resultado de evoluciones anteriores y que generaron los "runs" bancarios. Ante estas eventualidades, los propietarios de los bancos, ante el miedo a la quiebra y en connivencia con los gobiernos de turno, crearon los bancos centrales. Empezaron por el de Inglaterra, y bueno, luego llegaron poco a poco todos los demás. 

  En primer lugar, el dinero (o al menos buena parte de lo que hoy en día se puede debatir que es dinero) no lo crean los bancos centrales. Ese derecho hace siglos que lo tienen los bancos comerciales. Y claro, esto es fundamental para entender el sistema financiero actual

  Los bancos comerciales tienen todos cuenta en el banco central. Estas cuentas contienen "reservas". Estas reservas no son dinero físico. No es papel. Son sólo apuntes contables. Para el banco central son pasivo. Para los bancos comerciales son un activo. Nada más. Estas reservas son las que la ley de cada país obliga a los bancos a tener para poder ir realizando sus operaciones comerciales bancarias. Sobre estas reservas, el banco central paga un tipo de interés. Este tipo de interés que paga el banco central está en la base de todos los demás tipos de interés que se generan en la economía, pero en un primer escalón se supone que controlan los tipos interbancarios. ¿Por qué pasa esto? En condiciones normales se piensa que si un banco quiere recibir reservas de otro tendrá que pagar un interés mejor que el que paga el banco central. 

  Antes de 2008 rara vez un banco comercial tenía que acceder a este back up del banco central. Incluso se veía como signo de debilidad financiera. Bernanke llegó a decir que no quería estigmatizar a ninguna entidad con esta herramienta. Hoy en día, sin embargo, se ha llegado incluso más lejos. Con la llegada del Quantitative Easing, las operaciones del banco central en el mercado Repo se han echo constantes. De hecho, hoy en día son una parte principal de dicho mercado.

  Pero cómo decíamos en el post anterior, el Banco Central no puede sino crear reservas. Lo que los bancos comerciales hagan después con esas reservas es cosa de los bancos comerciales. Y como bien señalaba en el post anterior, llevamos desde la anterior crisis que el crédito comercial está esclerótico. Entonces, ¿Dónde va a parar todas esas reservas creadas? La ley obliga a los bancos comerciales a tener una serie de activos, no en dinero físico, sino en lo que hoy en día se conoce como Activos Tier 1, o de muy alta calidad (muy líquidos). Estos son bonos del estado, las propias reservas, Bonos triple A y alguna cosilla más que ya no controlo. 

 Como veis, dentro de las regulaciones que constriñen a los bancos, estos pueden comprar bonos del estado y bonos empresariales. Y evidentemente, por aquí es por dónde entran las reservas creadas por los bancos centrales en la economía real. La otra vía es a través de préstamos, que como dijimos no está ocurriendo. 

  En esencia, esta compra de bonos también es un préstamo. O sea, que los bancos no es que no quieran prestar, sino que creen que prestar a la economía real, es demasiado arriesgado. Y sólo prestan a gobiernos y a grandes empresas, potentes y seguras. El resultado más evidente de todo este proceso ha sido la explosión de los mercados financieros. Como comentabamos en el post anterior esta es precisamente la injusticia. El dinero llega primero a los que invierten en los mercados financieros y en grandes cantidades. El aumento de oferta sube los precios y mayores precios incrementan sus beneficios. Pero este dinero no llega a la economía general. Se queda reberberando en el sistema financiero.

  Yo no puedo probar esto, pero me parece la explicación más plausible. En cualquier caso, nada ha cambiado en los últimos 14 años. Absolutamente nada. Cuando los bancos comerciales extienden crédito en la economía, la fuerza inflacionaria es clara, o puede ser clara. En 2002-2006 no fue especialmente clara aun a pesar de la burbuja subprime.

  Pero hoy en día, no parece claro que haya un verdadero sector industrial vibrante que esté continuamente endeudandose para comprar más materias primas por miedo a tener que pagarlas más caras en el futuro. No todavía, al menos. 

  Y aquí es dónde entran las expectativas, que es lo que a muchos economistas les da verdadero miedo. Si las expectativas inflacionarias granan, los agentes económicos empezaran a comportarse como explicado unas líneas más arriba y la inflación será algo estructural, hasta que esas expectativas cambien de nuevo.

  Yo, sin embargo, creo que es muy difícil que esto ocurra. No con las enormes cantidades de deuda en los sectores no financieros de la economía mundial. Empresas y familias. La inflación llevará consigo una subida de los tipos de interés, no por que los bancos centrales quieran o así lo digan, sino porque así lo querrán aquellos inversores que más saben de esto. Los primeros signos de estrés se verán en la deuda basura, y esto afectará a las empresas "Zombi" o las que estén a punto de entrar en esa definición. En USA se calcula que en torno al 20% del tejido empresarial es Zombi. Un mayor tipo de interés en esos tramos de menos calidad, sin duda pondrá presión en la economía, en el empleo y por tanto también en las familias, cuyo resultado parece indicar más hacia una crisis deflacionaria similar a la de 2008, aunque quizá de distinto grado.

 Resumiendo, desde mi humilde opinión, la inflación que tenemos ahora no es sino coyuntural por una serie de acontecimientos que pasaron con el Covid. Y también debida a la regulación previa. No es en sí misma un problema monetario como en su día lo definiría Milton Friedman. No se dan las circunstancias ni socioeconómicas ni políticas. Al menos no todavía. Y eso no quiere decir que no pueda llegar en breve. Pero para que pudiera coger tracción deberíamos ver primero desaparece buena parte de la deuda que sostiene la economía, lo cual debería ser vía un gran evento deflacionario. A parte de esto, deberíamos ver un cambio poblacional en occidente. 

  Si esto se pretende solucionar vía política (las monedas digitales de banco central parecen apuntar en esta dirección) entonces podemos pasar en muy poco tiempo de un ambiente principalmente deflacionario a uno fuertemente inflacionario, incluída una gran crisis por el camino. 

 Odio ser tan agorero, pero es que las políticas seguidas hasta la fecha nos van encerrando más y mas en un rincón. Un saludo

  

lunes, 8 de noviembre de 2021

Cómo se genera la inflación monetaria? parte 3

   En post anteriores hemos estado hablando de si la inflación actual puede llevarnos a una stagflación (aquí en España hay quien cómicamente lo llama estanflación) o incluso a una hiperinflación. Hablábamos de que los brotes inflacionarios, tal y como lo veo yo, son principalmente debidos a ingredientes políticos por el lado legal, lo que llamábamos "useless ingredients" y por otro lado a los estímulos post pandemia tanto por las restricciones a la movilidad cómo por las ayudas económicas, sobre todo las directas.

  Sin embargo, a parte de las ayudas directas los bancos centrales también han tomado medidas extremas debido a los cierres económicos. Planes de estímulo, llamados con varios nombres rimbombantes para inyectar nueva liquidez en el sistema. Y claro, en estos estímulos son en los que se fijan casi todos los agentes económicos para cacarear a los cuatro vientos que llega la inflación.

  Curiosamente llevamos ya más de dos décadas con estímulos por parte de los bancos centrales y aunque casi siempre se ha cacareado "que viene la inflación", esta nunca ha llegado. Para muestra mi post de 2014, hace ya 7 años. ¿Cómo es esto posible?

  Antes de nada volvamos a puntualizar las definiciones de inflación. Como ya dijimos en el primer post y en el de 2014 antes de este, inflación "a secas" debería entenderse como el aumento en la cantidad de dinero disponible en una economía. Como las definiciones de dinero son dispares y darían para otro post, simplemente lo dejamos aquí. La teoría económica viene a decir que si la oferta de un bien aumenta, su precio en relación a otros bienes disminuye. Y eso es lo que en teoría le pasaría al "dinero" cuando lo creamos de la nada. Más unidades de dinero, deben tener menos valor cada una (en relación a otros bienes en una economía). A este efecto de la inflación es lo que comunmente conocemos como inflación. Es por esto que yo prefiero llamar a la primera inflación, monetaria, y a la segunda, de precios. Así podríamos decir, que la inflación de precios es una consecuencia de la inflación monetaria.

  Y así es en realidad. Pocas leyes económicas son más conocidas y más aceptadas que la ley de la oferta y la demanda. Si aumenta la inflación monetaria, debe seguir una inflación de precios, la ley de la oferta y la demanda así nos lo dice. Y como digo, siempre se cumple. Entonces, ¿por qué no ha habido inflación de precios en los últimos 25 años y sobre todo en los últimos 12 a pesar de la impresionante inflación monetaria que ha habido?¿Acaso la ley de la oferta y la demanda ha fallado o ha dejado de funcionar? Yo diría que no. Diría que lo que hemos tenido estos 25 años no ha sido precisamente inflación monetaria, sino un tercer concepto que llamaremos inflación de crédito.

 Pero antes de entrar en lo que yo entiendo por inflación del crédito debemos tener una última cosa en cuenta. La inflación se mide con una cesta de productos, que es el propio estado quien la define. No digo que esté mal definida, o que sea errónea. Ese es otro debate. El hecho es que los productos y servicios que se pueden contratar y comprar, por definición son infinitos. Un emprendedor creará un nuevo producto que crea que puede servir mejor a la sociedad y lo pondrá a la venta. Nuevos productos y servicios se crean y se destruyen constantemente. En todos los campos, incluidas las finanzas. Así que medir la inflación de esta manera, aunque sea la de precios, es simplemente una utopía y un ejercicio inútil. Aun así aceptemos los indicadores comunes para medir la inflación. El IPC famoso. Si la inflación monetaria creada no persigue los productos de la cesta del IPC, este no subirá. Ley de la oferta y la demanda. 

  Lo que ha pasado en estos últimos 25 años es que el nuevo dinero creado ha perseguido, en muchos casos, activos financieros. En ese campo si que se han visto claros signos de inflación de precios. Que esas subidas de precios no se hayan visto reflejadas en la cesta del IPC no quiere decir que no haya ocurrido nada de nada por crear inflación monetaria y de crédito. Muchos economistas son conscientes de esto y así lo comentan en sus análisis. Sin embargo, a los bancos centrales sólo les preocupa la inflación del IPC.

  Con todo esto quiero señalar que la inflación monetaria y de crédito es muy injusta para una sociedad. De hecho, si a una sociedad se le dejara elegir libremente la moneda que desea utilizar, sin coacciones, lo normal es que eligiera una moneda estable. No voy a detenerme a explicar la teoría detrás de esta afirmación. Baste echar un vistazo a los 7000 años más o menos de historia del ser humano, para ver que siempre ha ocurrido así.

  Y es injusta por que penaliza a los ahorradores. Es injusta por que obliga a la gente a tomar riesgos que probablemente no tomaría. Es injusta por que modifica y altera los tipos de interés y el ciclo económico y sobre todo es injusta por que acaba beneficiando sobremanera a aquellos que tienen acceso primero al dinero recién creado, en perjuicio de aquellos a los que ese nuevo dinero les llega los últimos. Es injusta por naturaleza.

  Pero este post debía tratar de cómo se genera la inflación monetaria. Así que vamos a ello. Legalmente los gobiernos tienen prohibido imprimir (ya sea real o electrónicamente) dinero nuevo. Existen unos parámetros fijos y claros con respecto a la cantidad de billetes de papel que se pueden imprimir. Y de los electrónicos, en principio no pueden imprimir ni un céntimo. Así que por ese lado, los gobiernos de occidente no pueden hacer mucho. Quien sabe lo que pasará en el futuro. En uno quizá no muy lejano. Pero hoy por hoy, los gobiernos de occidente no pueden hacer lo que hizo la República de Weimar, o lo que ha hecho hace poco Venezuela.

  Este derecho a crear dinero (en su forma electrónica hoy en día, y con apuntes contables en el pasado) la tienen los Bancos Centrales. Y ¿Cómo lo hacen? Deberíamos hacer un programa cómo el de la tele. Tienen varias herramientas que veremos en una serie de post como continuación de los que ya llevo escritos. Hoy empezaremos con la manipulación de los tipos de interés.

  El mandato base de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo es la lucha contra la inflación (de precios, claro está). La FED también tiene el mandato de buscar el pleno empleo, mandato que el BCE aquí no tiene. Otro tanto se puede decir del Banco de Japón. Este mandato base permite a los bancos centrales jugar con los tipos de interés. Al fin y al cabo, del periodo stagflacionario de los años 70 se sacó la enseñanza que subiendo los tipos de interés, se puede controlar la inflación de precios. Así, los bancos centrales se apropian del derecho de controlar y gestionar los tipos de interés. Esto lo hacen en conjunción con los bancos comerciales. 

  Esta defensa de los tipos de interés se hace en los mercados REPO. Estos mercados de muy corto plazo, en muchos casos son de unas cuantas horas por la noche, reciben su nombre del término Repurchase Agreement. Estos contratos son herramientas que usan los propios bancos para conseguir liquidez o para prestarla (estos son ambos lados del agreement) para cuadrar las cuentas de las operaciones de préstamo de dinero a empresas y particulares que se hayan llevado a cabo a lo largo del día y que lleven a un banco determinado a estar por debajo de los requerimientos mínimos legales de dinero en caja. Otro banco con excedentes le presta por unas horas, para que así ambos cumplan la ley y el que presta recibe del que se endeuda una pequeña cantidad a cambio. ¿Qué cantidad? Pues lo que llamamos el Euribor o el Eonia, dependiendo del plazo de préstamo. Se suele poner también un colateral como garantía, que suele ser un activo muy valorado y que se considere muy seguro, cómo bonos del estado (bueno, de algunos estados). Llegada la fecha o la hora de vencimiento del REPO, el banco que se endeudaba, devuelve dinero más intereses, y recibe sus bonos que estaban como garantía. El banco que presta, recibe su dinero y los intereses. Esta es la operación normal del mercado interbancario todos los días del año.

  Detrás de este mercado está el banco central, que se propone como prestamista de último recurso. Si no es necesario no se va a él. Y en condiciones normales, rara vez es necesario. Pero su sola presencia y su potencial infinito hace que el tipo de interés que el banco central defiende, sea el que rige el mercado REPO. Si todos los bancos hacen muchas operaciones diarias y se quedan sin dinero, los tipos de interés de Euribor, Libor y otros similares se dispararían, por la ley de la oferta y la demanda. Estos son la base de otros tipos de interés, como los bonos, los depósitos bancarios, deudas empresariales etc. Esto llevaría a una espiral de ascensión de tipos de interés en todo el espectro de los mismos. No voy a entrar más en el mecanismo de por qué esto ocurriría. Si alguien tiene alguna duda, que me lo pregunte y lo explico otro día. El caso es que ocurriría. El banco central, entonces, para evitar que esto ocurra y para defender su tipo de interés, presta a los bancos comerciales tanto dinero cómo haga falta para estabilizar este tipo de interés base (euribor, libor y otros similares) y con él todos los demás. 

  Como decía antes, para hacer esto, lo único que debe hacer el banco central es crear una cantidad de dinero en aquel banco a quien quiera prestar. En aquel banco con quien vaya a hacer su REPO. Esta cantidad de dinero creada, se deposita en una cuenta que el dicho banco comercial tiene en la FED (o en el BCE para el caso europeo) y ya está, el banco comercial vuelve a cumplir con las leyes.

  El caso contrario sería similar pero al revés. Este es el que se viene dando en los últimos meses en Estados Unidos. Se están haciendo operaciones REPO inversas en cantidades astronómicas. 

  Como en el caso entre bancos comerciales, estas operaciones REPO requieren de algún tipo de colateral que los bancos deben depositar en la FED hasta que el REPO expire. Y viceversa, cuando los REPO expiran o si se hacen REPO´s inversos, la FED da activos a cambio de dinero a los bancos comerciales.

  Pues bien, ya hemos visto el mecanismo, las herramientas, las palancas. ¿Cómo puede crear este mecanismo inflación? Vemos que la FED o el BCE crean dinero de la nada. Solo teclean en un ordenador (antiguamente hacían un apunte contable en un libro contable) y ya está. ¿Cómo es posible que este dinero no cree inflación? Pues bien, como ya se ha explicado, el mecanismo parte de los bancos comerciales. Son ellos los que deben extender crédito en la sociedad. Este crédito se usa para invertir o para gastar. En cualquier caso se usa para hacer una demanda sobre algún tipo de bien, ya sea capital o un bien acabado. Lo normal, en estas circunstancias es que los bienes que sufren estas demandas aumenten su precio.

  Pero el paso previo e indispensable es que los bancos presten dinero. La FED puede crear cuanto dinero quiera en las cuentas que los bancos comerciales tienen en la propia FED. Pero si estos luego no lo prestan, el dinero no va a ningún sitio y por tanto no puede crear inflación.

  Mi intención es no alargar más este post. Echando un vistazo a los gráficos que publica la FRED (la reserva federal de Filadelfia) los bancos comerciales llevan ya décadas en que su aumento de los créditos a familias y empresas va en disminución. Al mismo tiempo sus depósitos en la FED van en aumento. La máquina de monetizar la economía, por el lado de los bancos comerciales está, renqueante cuanto menos, aunque bien es cierto que no me atrevo a decir todavía que esté completamente rota. Un saludo

domingo, 31 de octubre de 2021

De nuevo el debate ¿inflación o deflación? 2ª parte

  La semana pasada hablábamos de useless ingredients, de barreras de entrada y del envejecimiento de las sociedades occidentales. Todos estos factores influencian el movimiento de los precios a largo plazo. Es decir, son fuerzas internas y macro económicas del mercado. Pero ¿Qué puede hacer que los precios de los artículos de consumo más comunes suban o bajen de precio a corto plazo. Pues es evidente que las fuerzas de la oferta y la demanda. Las cuales también están, como no, influenciadas por los factores de los que hablamos en el post anterior. 

  Los tres factores anteriores van moviendo poco a poco tanto la oferta como la demanda. El primero simplemente encarece la producción de los productos y pone barreras de entrada a nuevos empresarios. Estas barreras, que es el segundo factor, sí que reduce la oferta y por tanto genera una fuerza inflacionaria a largo plazo. El tercer factor, el envejecimiento de la población, es una demoledora fuerza que va reduciendo poco a poco pero de manera imparable, la demanda. No hay más que mirar a Japón, país que lleva 30 años entrando y saliendo de brotes deflacionarios sin poder hacer mucho para cambiarlo. La población japonesa es la más envejecida del planeta. Todavía a día de hoy.

  En cualquier caso, el brote inflacionario actual no se puede describir con ninguna de estas fuerzas. Todos los economistas son conscientes de ellas. Y probablemente no las incluyen en sus análisis por que son fuerzas de largo plazo y que a corto podemos considerar como constantes. De este modo, el siguiente punto al que mirar es a la creación de dinero por parte de los bancos centrales. Después de todo, cada vez que durante la historia se ha dado un brote inflacionario, siempre ha tenido que ver con las acciones de los gobiernos y los bancos centrales. Sin embargo, ¿es esto así?

  Bueno, casi todo el mundo mira en esa dirección. Y es por eso que ahora muchos economistas están muy preocupados por la inflación. No voy a entrar mucho más en este post a analizar si ha habido una gran inflación monetaria o no. Esa discusión la dejaré para un próximo post, en el que intentaremos analizar cómo se crea dinero en nuestros sistema financiero actual. Hoy quiero centrarme en aquello que de verdad mueve la inflación. La oferta y la demanda. Qué ha ocurrido en los últimos meses con la oferta y con la demanda. Eso, en ausencia de estudiar las masas monetarias, deberían arrojar un poco de luz sobre qué esperar en el futuro.

  Para ello me gustaría hacer uso de unos gráficos que produce la FED de Filadelfia. En ellos haremos un somero análisis de qué está pasando.

  El primer gráfico que vamos a ver es el de gasto personal real. Es decir, la cantidad de dinero gastada por particulares ajustada por los datos de inflación, lo que nos viene a mostrar la cantidad de gasto realizada, independientemente de los precios




 
 Como se puede ver, la crisis covidiana y los encierros desplomaron el gasto, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, la recuperación del gasto como se puede ver ha sido justo para alcanzar la línea de regresión que mostraba la tendencia anterior a la pandemia. No se puede decir que se haya recuperado del todo, aunque prácticamente la tendencia se ha recuperado. Recordemos que este gráfico está construido descontando la inflación. Podemos decir que la tendencia en número de productos y servicios consumidos se ha recuperado. Dejémoslo aquí. Ya sacaremos conclusiones.

 Estos gastos, en general los divide la FED en Durable, Non Durable and Servicies. Por Durable se entiende aquellos bienes que van a durar más de 3 años. O que su consumo se alargará más de 3 años. Por Non Durable se entiende, como no podía ser de otra manera, aquello que se consume en menos de 3 años. Y por último los servicios en general es todo aquello que no es un producto físico en sí mismo, como estancias en hotel, comidas en restaurantes, vacaciones, cines etc.  Debo avisar aquí, que en contra de lo que nos enseñaba el primer gráfico, los siguientes no están ajustados por inflación. Me gustaría más que todos fueran iguales y por tanto más comparables, pero la FED no los publica de esa manera y aunque los podría elaborar yo mismo, me llevaría mucho tiempo.  Empecemos por los Durable Goods




  Como se puede ver, la pandemia también deprimió los gastos en coche, puertas, televisores, móviles, calefacciones etc. Pero como ya podíamos observar a simple vista en nuestro propio país, estos bienes sufrieron una gran demanda. Esta demanda ha estado elevada hasta el mes de abril. A partir de esas fechas parece que la demanda se está suavizando, pero sigue estando elevada. Recordemos, sin embargo, que estos datos no están ajustado por inflación, así que aunque en los últimos meses parece que el consumo en estos bienes se ha estabilizado en un nivel alto, comparado con su tendencia previa, el gráfico trimestral ajustado por inflación muestra que la demanda por estos productos siguen en retroceso.

  Veamos ahora el sector servicios. A ver que pasó con este sector. Aunque podemos imaginarlo. Quien más y quien menos ha dejado de viajar o de ir a restaurantes.




  En este caso, los encierros duraron mucho más y el gasto en estas partidas no se recuperó tan rápido. Ni siquiera ha conseguido alcanzar su tendencia previa. Ahora bien, el gasto en estos servicios como ocurría con los Bienes Duraderos, no está ajustado por inflación, así que aunque la tendencia ha sido positiva hasta ahora, con datos reales está estancándose.

  Por último tendríamos que echar un vistazo a los Bienes No Duraderos.



   Como se puede ver estos siguen disparados. Como siempre hay que decir que estos bienes incluyen la energía la cual anda disparada también. Cómo el gráfico no está ajustado por inflación, la imagen está un poco distorsionada, aunque en este caso creo que como poco estos bienes siguen teniendo una demanda bastante sólida.

   Bueno, ya tenemos una idea bastante clara de cómo ha estado la demanda. Nos falta saber, por qué la demanda ha sido tan sólida en plena crisis pandémica. Vamos a echar un vistazo al Personal Disposable Income o ingresos disponibles. Disponibles para gastar, claro está. Así luce:




  Como se puede ver, los ingresos de las familias americanas apenas si han sufrido por la pandemia. Los distintos programas de ayuda, que en Estados Unidos han ido ligados a dar dinero directamente a las familias y a congelar las obligaciones de deuda de las casas, han mantenido bastante elevado el dinero disponible de dichas familias. Es esto extrapolable a todo occidente. No directamente, claro está. Pero aquí en Europa ha habido programas similares de congelación de deudas, ERTES y otros que han proporcionado dinero de manera más o menos directa a las familias. Esto ha mantenido la capacidad de consumo de las mismas durante los últimos meses. Como se observa en el gráfico la tendencia actual es de volver a la media histórica. Ya estamos cerca. Los estímulos se van acabando en USA y aquí también. Las ayudas se acaban y por tanto el dinero disponible de familias es previsible que vuelva a niveles más normales.


   Con todos estos datos podemos ir sacando algunas conclusiones. La primera es que la demanda, a pesar de la crisis no bajó. De hecho gracias a los programas de ayuda de los gobiernos, mejores o peores, más o menos éticos, insuflaron la sensación en las familias de que el futuro no era negro. O al menos no tan negro. Y claro, encerrados en casa empezaron a gastarse en cosas de casa. La demanda de estos bienes, se disparó. Al fin y al cabo, no se podía gastar en ocio, ya que este estaba cerrado. La demanda de estos bienes por tanto se disparó, como podemos ver en la gráfica de Durable Goods. Por otro lado, los cierres económicos pusieron a todas las fabricas que fabrican esos bienes al ralentí o directamente las pararon. Algunas ni siquiera han vuelto a abrir. Una demanda artificialmente aumentada mucho en muy poco tiempo, unido a una inercia lenta a volver a niveles de producción prepandemia han llevado a poner de manifiesto muchos cuellos de botella que en 2019 simplemente no existían, por que la demanda no era tan exacerbada.

  La industria consume mucha energía, sobre todo eléctrica. Las fábricas, ahora, más de un año después de que la pandemia comenzara, están a pleno rendimiento. Consumiendo vorazmente energía y materias primas para intentar poder servir productos o rellenar inventarios, que han sido diezmados en el último año. Todos estos gráficos no los incluyo para no alargar este post todavía más. El alza de la energía, arrastrada por el aumento de la demanda de la industria mundial, ha tensionado los mercados de materias primas y de productos agrícolas que están empezando a ver cómo sufren también alzas de precios.

  Pues bien, esto es el pasado y el presente. ¿Qué podemos esperar a partir de ahora? Yo diría que el escenario aquí descrito es bastante singular y por tanto no creo que se pueda decir que es una tendencia macro económica fuerte de fondo. Yo más diría que ha sido algo coyuntural y muy relacionada con las respuestas políticas al COVID. Pasados los estímulos y pasadas las prohibiciones a la movilidad, es probable que la gente vuelva a comportamientos más pre-covid. Espero por tanto un aumento de la demanda de servicios. Quizá no para llegar a la tendencia pre-covid, pero seguro que seguirá aumentando a lo largo de este año y del que viene.

  A su vez veo cada vez una menor demanda de vienes duraderos. Por algo son duraderos. Y esa caída de la demanda creo que rotará hacia los servicios. Esto, en un momento en que la economía americana y la europea están empezando a faltar y en un momento en que toda la industria está como loca por hacer acopio de stock, me lleva a la conclusión de que las tensiones inflacionarias irán remitiendo poco a poco hacia el año que viene. Si en algún punto se ve inflación, quizá sea en el sector servicios.

  Y lo dejo aquí ya. Este se me ha alargado mucho. Como pueden obvservar, no he metido la masa monetaria por ningún lado. Principalmente por que creo que no ha tenido mucho que ver en el actual movimiento de los precios. Y para explicar por qué habrá que esperar a que escriba el siguiente post. Un saludo

jueves, 28 de octubre de 2021

De nuevo el debate ¿Inflación o deflación?

 Hace ya unos años, en 2014, ya hablé sobre este eterno debate. Aquí tenéis el enlace. En aquella época el debate no era tan vívido, pues en realidad no se estaba dando una gran inflación de precios aunque sí monetaria. Recapítulemos algunos conceptos para así poder entendernos todos.

  Yo entiendo como inflación al aumento de la masa monetaria y deflación por la disminución. Definir la masa monetaria es complejo y rara vez dos economistas se ponen de acuerdo. Aquí no vamos a profundizar más y cogeremos estos conceptos de una manera más abstracta. Incremento del dinero de una economía o su disminución. Listo.

  Por otro lado, la mayor parte de los mortales entienden por inflación la subida de precios de una cesta tipo de consumibles de un mercado. Lo que comunmente se conoce como el aumento del IPC. Existe cierta relación entre ambas inflaciones, pero la relación no es tan obvia cómo nos quieren hacer creer.

  Por regla general, la mayor parte de los comentaristas económicos y pseudo economistas (como yo mismo) entienden que la inflación depende exclusivamente de la creación de dinero por parte de los bancos centrales. Es decir, que la inflación monetaria precede y es indispensable para que se de la inflación del IPC. Básicamente siguen al economista de la Escuela de Chicago Milton Friedman de quien ya es célebre la frase que una vez dijera de que "la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario". 

  Así, sin más contexto, yo estaría totalmente de acuerdo con el señor Friedman. Sin embargo, yo creo que la mayor parte de los mortales no entienden dicha frase como yo. Y por tanto casi todo el mundo cree que el aumento de la masa monetaria (dinero en circulación) genera inflación.

  Como ya decía en mi anterior Post en 2014, durante los últimos 30 años la creación de masa monetaria por parte de la dupla banca central-banca comercial, ha sido astronómica. Y sin embargo, en estos 30 años hemos vivido una etapa desinflacionaria. ¿Cómo es esto posible? Bueno, debe ser que hay más factores que tener en cuenta. Digo yo

  A este respecto, el profesor Keith Weiner de Monetary Metals, sostiene que una de las principales herramientas para generar inflación es lo que el llama "useless ingredients". Se refiere a toda la legislación que van generando los gobiernos y que según él encarecen la producción. Por ejemplo que todos los bares tengan, por ley que facilitar el acceso a sus instalaciones a personas con movilidad reducida. No digo que moralmente no sea algo deseable. Pero si lo hacemos por ley, todos los bares afectados deberán intentar repercutir dicha mejora en el precio de sus productos o asumir el coste del mismo. La fuerza económica detrás de este tipo de leyes va en la dirección de encarecer el producto final. 

  Y el profesor Weiner se queda ahí, pero yo añadiría además, que este tipo de leyes y otras del tipo "verde, inclusivo y resiliente" lo que también hacen es fomentar las barreras de entrada en el sector. Si yo tengo que abrir un negocio de 0 y tengo que cumplir toda la legislación, todos los "useless ingredients" la inversión inicial aumentará y como siempre habrá emprendedores en el margen que no podrán entrar en el sector y competir. Los precios, dice la teoría económica se definen en el margen. Los define ese último empresario que no los puede bajar más y que si se bajan más desaparece. Si los empresarios que podrían poner precios más baratos en el margen, ya no pueden entrar, reducimos competencia, reducimos oferta y de nuevo, la fuerza económica detrás de esto tiende a subir los precios.

  Una segunda fuerza inflacionaria/deflacionaria brutal es la pirámide poblacional. Una sociedad en proceso de envejecimiento, no aumenta su consumo. No va más de restaurantes, no cambia de casa, no viaja tanto, hace las reformas justas en casa. ¿Por qué? pues por que ya no tiene poder económico. No trabaja y su supervivencia depende de su pensión. En países como en nuestro, las pensiones son generosas y nuestros mayores pueden gastar más ahora. Pero esto no es así en todos los países. E incluso en nuestro país, la fuerza macro económica de nuestra población cada vez mas envejecida es hacia que las pensiones sean cada vez más pobres y con ellas menos consumo, menos demanda y por tanto escasa, si es que alguna, inflación de precios.

  Muchos ahora nos quieren comparar con los años 60 y 70 y la stagflación que se vivieron en aquellos años. Pero lo cierto, es que, entre los muchos motivos de aquel brote inflacionario, uno que se suele infravalorar es que la generación baby boom de medio mundo, la generación de posguerra, llegó a su edad adulta y aunque se producía más, también llegaron a la edad en que consumían más. Más que sus padres, gentes que vivieron las guerras. Esta fuerza macro económica también se obvia hoy en día. Nuestras sociedades están cada vez más envejecidas. Las generaciones cada vez son más escasas en miembros. El acceso al trabajo y a la independencia económica ocurre mucho más tarde. Y en muchas ocasiones, sobre todo en USA, se accede al mercado laboral con enormes losas de deuda estudiantil. Todo, como se puede ver, enfocado al aumento brutal de la demanda y por tanto de los precios......ya, seguro¡

  De momento lo vamos a dejar aquí, pues el post se está haciendo muy largo. En la segunda parte de este post hablaré de por qué creo yo que estamos viviendo en la actualidad un pequeño brote inflacionario. Aunque si repasan lo que escribía en 2014 quizá puedan tener una pequeña idea de por donde irán los tiros. Un saludo

miércoles, 27 de octubre de 2021

¿Por qué los tipos de interés son la base del resto de los precios?

 Hoy en día no estamos muy acostumbrados a qué la vida sea así. Al menos en occidente. No estamos acostumbrados a que al llegar a nuestra edad de jubilación, sea nuestro dinero el que trabaje por nosotros. Hace no muchos años era lo normal. Las personas mayores y no tan mayores metían su dinero en "plazos fijos", como se llamaban aquí en España. Depósitos a plazo, se los llama ahora. En aquella época era relativamente sencillo, sin ser un inversor sofisticado, conseguir una rentabilidad decente de un 7-10% sin mucho mayor esfuerzo.

    Pero es que esta forma de actuar era incluso más vieja. La experiencia vital del ser humano es que envejecemos. Eso lo sabemos todos los seres humanos desde edades bastante tempranas. En el post anterior explicaba las bases del por qué existe el ahorro. Del por qué la gente ahorra. Aquí, ahora, estamos en disposición de afinar un poco más. Todos sabemos que el futuro nos depara la vejez. Y la vejez nos depara enfermedades y pérdida de habilidades. Hasta llegar el punto de que no podemos trabajar más. Sobre todo si nuestro medio para ganarnos la vida es más manual que intelectual. Esto nos lleva, antes o después a plantearnos la necesidad de ahorrar para el futuro.

    Algunos preguntaréis ¿Y qué diantres tiene esto que ver con los precios? Vamos a ello. La necesidad que tiene el ahorrador por conseguir, a la vejez sobre todo, de unos ingresos recurrentes hace que dicho ahorrador se caliente la cabeza en cómo conseguir dichas rentas. Y una buena manera es la inversión. Dentro de esta palabra podemos, como ya hicimos en el post anterior, englobar los dos métodos más comunes de hacerlo. El préstamo y la propiedad. Ambos métodos van a tener una repercusión directa sobre los tipos de interés, y cómo veremos después estos sobre el resto de los precios. Aun así, creo que la explicación a este hecho queda fuera del ámbito del presente artículo y lo alargaría mucho. Así que nos vamos a centrar solamente en el primer método, el préstamo.

  Como decíamos en el post anterior, la oferta y la demanda de dinero en el mercado, va a dictaminar el precio del mismo. Un ahorrador que saca su dinero del mercado y no lo deja disponible a otros usuarios, hace que la oferta disminuya. Sin embargo si estos otros usuarios están dispuestos a pagar alguna cantidad extra de vuelta al cabo de un tiempo, quizá el ahorrador se decida a llevar su dinero al mercado. Cada ahorrador tendrá un precio y será el conjunto de todos los ahorradores y demandadores de dinero el que establezca el tipo de interés. Es el interés que llamaremos natural. 

  No vamos a entrar aquí y ahora en los diversos tipos de demanda de dinero que podemos encontrar. Y vamos a suponer que toda esa demanda va a ser productiva (en contra de ser consumo). En la vida real, esto no es así, pero supongamos lo por simpleza. Una vez que el dinero del ahorrador llega a manos de una persona con un proyecto empresarial, este proyecto se puede poner en marcha y de él, de ese proyecto surgirá un nuevo producto. Ese producto competirá con el resto de productos que ya están en el mercado por ser intercambiado por otro dinero y de esta competencia resultará una bajada de precios. 

Et voilá, ya tenemos el nexo de unión entre los tipos de interés y los precios de los productos y servicios. Una bajada de tipos de interés tenderá a incrementar el número de proyectos empresariales y de esta manera el número de productos en el mercado, todos compitiendo entre sí por los consumidores. Esto traerá consigo una bajada de precios por competencia. 

  Sin embargo, una restricción del dinero, subirá los precios y de ahí vendrá que aquellas empresas cuyos modelos de negocio sean más marginales acaben fallando. Y las menos marginales se vuelvan más marginales. El resultado final siendo una disminución de la producción disponible y con ello un aumento de los precios.

  Los más puristas de la teoría económica me dirán que hay muchas más variables a tener en cuenta cuando estudiamos la formación de los precios. Y es cierto. Esta representación de la realidad viene a ser muy simplista para intentar desvelar el vinculo entre los precios de los bienes y servicios y el precio del dinero como base de todos los demás.

  Hoy en día llevamos desde 1981, si mal no recuerdo con un ciclo constante de lo que los economistas llaman desinflación. Se entiende que este término define el ambiente económico por el cual la inflación, siendo positiva, están en constante descenso. Este hecho ha sido posible por la constante presión sobre los tipos de interés que han fomentado los bancos centrales mundiales. Hoy en día el sistema financiero mundial se basa en las actividades de los bancos centrales. Y estas actividades están centradas en reducir poco a poco los tipos de interés que ellos controlan, y por ende todo es basto universo de tipos de interés y de precios. 

  Con estas políticas se consigue que las viejas empresas sean menos competitivas que las modernas, aunque sólo sea por un simple hecho de que estas últimas se han podido financiar más tarde y por tanto tienen unas condiciones más ventajosas que les permiten ser más competitivas, o dicho de otro modo, ganar más dinero sin necesidad de mejorar el producto final. Este hecho incentiva a las viejas a endeudarse más para ser competitivas. Y si se endeudan más ese dinero extra sirve para, invertirlo, para comprar a la competencia o para recomprarse sus acciones. Vamos, lo que tenemos hoy en día. 

  Aunque me estoy desviando del tema central del presente artículo, el cual creo ya de sobra explicado. Sin embargo este "fleco" que me dejo deberíamos desarrollarlo en un próximo artículo. Un saludo

viernes, 8 de octubre de 2021

¿Qué es el tipo de interés?

         Este quizá, es el comienzo más básico para entender nuestra economía hoy en día. Toda la estructura de precios actual descansa en los precios del dinero. Los precios del dinero en el tiempo. El dinero no tiene precio per se, pero puedes preferir atesorarlo o no dependiendo de las circunstancias en las que te encuentres. Si prefieres atesorarlo, la cantidad disponible de dinero en el mercado disminuye. Al atesorarlo, lo sacamos de circulación (en teoría, en nuestro sistema actual esto es imposible, pero vayamos paso a paso), y al sacarlo de circulación disminuimos la oferta de dinero o lo que es lo mismo, dada una demanda más o menos estable del mismo, su precio debería subir. Y que el precio del dinero suba, significa que si yo no tengo dinero y pido un préstamo, las condiciones que me pongan para concedermelo serán más duras. O me pondrán más pegas para concedermelo o me lo cobrarán más caro.

    Como se ve, el dinero tiene precio cuando optamos por cederlo a terceras personas para que ellos hagan uso de él, a cambio de una cantidad de dinero mayor en el futuro. Esa cantidad de dinero mayor en el futuro, esa diferencia entre lo prestado y lo recibido de vuelta es lo que se conoce como interés. Y si lo notamos en porcentaje, tendríamos lo que se conoce como tipo de interés.

    Pero, ¿por qué se atesora dinero? ¿Por qué puede preferirse atesorar en lugar de consumir? Las respuestas a estas preguntas empiezan a entrar en el ámbito filosófico, pero aun así voy a aventurarme a dar una respuesta. El futuro es incierto. Lo es. No sabemos con exactitud que puede ocurrir mañana o dentro de un mes. Hace muchos miles de años que el ser humano empezó a atesorar distintos productos para intentar tener un cierto control sobre ese incierto futuro. Así se supone que empezó la agricultura y la ganadería. Una vez apareció el dinero y una vez este dinero empezó a funcionar como reserva de valor, la gente empezó a atesorar dinero en lugar de bienes físicos (por diversas ventajas prácticas del dinero sobre los bienes físicos, sobre todo si eran caducos). Es decir, el dinero se atesora para tener un cierto control sobre el incierto futuro. Cuanto más incierto es el futuro, más necesidad de atesorar que vamos a mostrar. Y viceversa. 

    De esta manera podríamos decir que el atesoramiento de bienes (perecederos o no) es una consecuencia de la conciencia del ser humano de que puede ejercer un cierto control sobre el futuro. Aunque sea poco. Una segunda derivada de que el ser humano entienda el concepto de futuro es la aparición del dinero. Y una tercera derivada de la aparición del dinero y del concepto de futuro es la aparición del tipo de interés. Es una consecuencia lógica del simple hecho de que el ser humano tenga conciencia de que existe un futuro que es más o menos controlable o acotable si tenemos herramientas.

    Este mismo concepto de futuro es el que hace que exista la propiedad privada. Que razón podría tener un ser humano para atesorar tierra (por ejemplo) sino fuera por que de ella puede sacar sustento y así acotar los infinitos posibles futuros que debe afrontar. Todos aquellos en los que tenga comida serán seguro más benévolos que aquellos en los que tenga falta de la misma. Y quien dice comida, dice cobijo, medio de transporte o cualquier otro tipo de herramienta que nos sirva para acotar dicho futuro incierto.

    Pues bien, como decía, el ser humano siente la necesidad de atesorar valor (llamemos lo así). Ese valor será intercambiable por aquello que necesite en el momento en que lo necesite. O este valor será capaz de generar más valor (a lo que llamaríamos un activo). A partir de este deseo de acopio de valor, surge también la posibilidad de financiar proyectos. Una vez tengo una determinada cantidad de dinero guardado, si tengo perspectivas de que el futuro no va a ser muy negro, quizá pueda prestarlo para que un tercero encare un proyecto ilusionante y provechoso.

    Pero claro está, sabemos que el futuro es incierto y estos proyectos aunque ilusionantes, quizá no lleguen a ser provechosos. Existe un riesgo, y normalmente me gustaría recibir algo a cambio de asumir ese riesgo. O puedo pensar que al prestar el dinero me convierto en "socio" del que quiere desarrollar el proyecto, por lo cual tendré derecho a parte del hipotético beneficio futuro. Seguramente, la primera definición fue la que poco a poco se impuso en el mundo. Aunque la segunda también ha subsistido hasta nuestros días (lo que hoy conocemos comunmente como "la bolsa").

    De este modo podemos ver la lógica detrás de los tipos de interés. Mucho debate habrá para dilucidar si los tipos de interés, son algo natural de las relaciones sociales de seres humanos o es solo un invento. Yo creo que es un poco una mezcla. Es un invento humano, si, pero como resultado a unas necesidades reales que tenía la sociedad.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Covid. Pasa la solución por los confinamientos?

       Parece que en el decadente occidente se ha buscado la solución que más se ajusta a su valía como sociedad. El medievo. Y es que así es, cada día mas el antiguo occidente y sobre todo Europa se asoma más y más a una feudalización insoportable. Se ve claramente y se veía antes de esta pandemia en las políticas generales que se daban en Europa. Los británicos los vieron venir y prefirieron apearse. Aun así no es que les vaya a ir mucho mejor, pues la altura moral de sus políticos no es mejor que la de los burócratas europeos. Es similar. Pero como digo se veía venir desde hace tiempo. La deriva liberticida europea principalmente motivada por la avalancha reguladora y por la progresiva red clientelar desarrollada año tras años en los últimos lustros, nos está llevando poco a poco cada vez más inexorablemente hacia una suerte de feudalismo dónde unos pocos lo tendrán todos y unos muchos no tendrán prácticamente que comer. Y lo peor nos será eso. Lo peor es que a aquellos que no tengan casi nada, les será muy difícil revertir dicha situación. Es lo que tiene la falta de libertad. Que una vez que llega impide los desarrollos personales y vitales.

    Pero tampoco quiero desviarme mucho del tema principal que es el Covid y cómo combatirlo desde el momento cero. En Europa en general, se ha optado por las técnicas liberticidas de encerrarnos a todos en casa y marearnos con mil y un consejos diferentes de qué hacer y qué no. Con medidas absurdas que pocos días después son revertidas o con otras que simplemente son las opuestas a las que se aplican en un país o región vecinas. Pero lo interesante de esto son las restricciones al movimiento.

    Cuando hablo con mis amigos y conocidos siempre les hago la misma pregunta ¿Qué pasaría con el Covid, si desde el momento en que estuvieses contagiados te saliese un punto rojo burdeos en la frente del tamaño de una uña? Con solo mirar a alguien a la cara, sabrías si está infectado. Al levantarte por la mañana y mirarte al espejo, podrías comprobar inmediatamente que estas infectado, Cuando entraras en el metro, la gente te rehuiría y se apearía cuanto antes. Te quedarías solo en el metro. Con todas estas descripciones pretendo ser gráfico. Pretendo hacer ver, que de esta manera el contagio persona a persona sería muy complicado, por que el distanciamiento social sería automático. Cualquiera que tuviese miedo a morir, y creo que en ese campo somos mayoría, evitaría todo contacto con alguien que tuviese un punto rojo en la frente. 

    Ya sabemos que la enfermedad no genera dichos puntos. Es más, durante los primeros días, no presenta ningún síntoma. Sin embargo es cuando más contagiosa parece ser. Los famosos asintomáticos. Me vuelvo a preguntar ahora. ¿No sería lo más adecuado averiguar quién son estos asintomáticos y enfermos en general y pintarles un punto en la frente? Evidentemente estoy exagerando. No pido que a todo aquel que esté enfermo se le pinte un punto en la frente. No quiero estigmatizar a nadie. Pero si supiésemos quien está enfermo podríamos aislarlo a él solo y no a toda la población y economía al completo. No secuestraríamos libertades y sobre todo futuro. Podríamos ser quirúrgicos. Podríamos aislar a personas no a países. Podríamos defender mejor a los débiles. En lugar de eso se nos dan mil medidas totalmente arbitrarias que nos confunden y nos desmotivan. Que hacen que no sepamos muy bien qué podemos y qué no podemos hacer. Que nos hagan sentir forajidos simplemente por pisar la calle. Que nos motiven a auto confinarnos. 

    Las consecuencias de todo esto van a ser catastróficas. Dramáticas para muchas familias. Y a los nuevos nobles feudales tanto les da. Si enferman, van a hospitales privados donde reciben tratamientos de primera calidad. El populacho solo puede rezar por tener acceso a cierta medicación y quizá un respirador si es que su enfermedad se tuerce sobremanera. Los nobles seguirán comiendo carne, mientras la plebe tendrá que conformarse con raíces, pues es fácil que ni cereal tengan.

    Lo más cercano al punto rojo en la frente, que sería la utópica situación ideal, son los tests masivos y los seguimientos de casos.  El abaratamiento de costes de dichos test un factor crucial. Ahora, a 7 de diciembre empiezan a leerse artículos que nos hablan de la llegada de estos tipos de test a las farmacias. Ocho meses después del comienzo de la pandemia en este país. Casi un año desde que oficialmente se tuviera conocimiento de esta enfermedad. Y aun así se podrá tener acceso a ellos con receta médica, cuando es casi imposible conseguir una.

    Somos merecedores de tanta mediocridad. Muchos dirán que sí, que es lo que hemos votado. Razón no les falta, pero sinceramente creo que no. Que ningún ser humano se merece ser tratado como se trataba a los seres humanos en la Edad Media. Ni aunque hayan sido elegidos en las urnas. Un saludo